El novio y sus amigos sostienen en brazos a la novia

Neus+César

Probablemente la de Neus y César sea una de mis bodas preferidas. Desde el primer momento tuve la sensación de que sería una boda especial. Para empezar, no fueron ellos los que me contrataron, el reportaje fotográfico era el regalo de sus amigos, todos moteros como yo. Neus y César se casaban en segundas nupcias y querían una boda de formato pequeño y familiar. Escogieron el espacio, la finca Villa Cortijo ubicada en Arenys de Munt para poder estar a su aire todo el fin de semana.

Me presenté temprano para poder desayunar con ellos y documentar todo el proceso de montaje. Contínuamente mirábamos al cielo, cruzando los dedos para que no descargasen los negros nubarrones que se fueron formando a lo largo de la mañana. Al final tuvimos suerte y todo quedó en un día oscuro. Algunas gotas hicieron acto de presencia, pero nada más.

Tras tiempo sin verse todos, por fín la família se reunía de nuevo. Llegaron desde distintos puntos de España y, entre todos, iban a conseguir una de las celebraciones de las que conservo el recuerdo con más cariño.

Desde que llegué, tuve claro que no usaría el flash en ningún momento. Quería captar la frescura del evento y su naturalidad, que me trasladaba, inconscientemente, a aquellas bodas de las películas italianas de los años sesenta.

 

 

 

 

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